domingo, 19 de julio de 2009

ADONDE ESTÁN LOS PROFETAS ACTUALES ???

Fue el profeta Daniel quien previó que el imperialismo decaería con el correr de los siglos hasta llegar a ser una mezcla de hierro y barro, un imperio que se mantiene por la fuerza del hierro pero que culturalmente se habría degradado desde el oro hasta el simple barro. Ese es el preciso momento que el imperialismo caería para dar lugar a la construcción de un mundo mejor al que la Biblia llama Reino de Dios".

No cabe ninguna duda de que hoy estamos viviendo la crisis más grande que esta última etapa del imperialismo ha sabido conseguir. Una crisis tan sencilla de prever que no se explica porqué no la detuvieron a tiempo. Por supuesto, es obvio suponer que la crisis la gestaron los que más tienen con su ambición desmedida pero que no la pagarán ellos sino los pobres de siempre.
Por eso los Estados dieron dinero a los bancos pero no a los ahorristas. Pagaron el déficit de las automotrices pero no exigen aumento de sueldo para los empleados.

El actual orden económico creció desmedidamente en manos de unos pocos pero los salarios siguieron tan bajos como siempre.
El consumo desmedido de los grandes países capitalistas hace tambalear la ecología mundial.
Cantidad de africanos muere en el mar tratando de llegar a una España que les pone alambres de púa.


Todo eso y un sin fin de cosas mas nos hace ver que la crisis que el capitalismo atraviesa no es de base económica sino profundamente moral. Tal vez el signo más serio de esta crisis es que desencadena una intolerancia fascista.
Cuando el hombre ve con desconfianza al hombre y considera que el culpable de los problemas vividos los tiene "el otro" por ser comunista, negro o judío, estamos pisando el subsuelo de la degradación.

Pero sin duda lo más triste de ver es como la teología burguesa no ofrece ninguna resistencia sino que más bien se hace cómplice por acción u omisión de la inmoralidad capitalista.
No es ningún secreto el hecho de que muchas iglesias evangélicas son hijas de este sistema. Mucho del pensamiento neopentecostal surge de la necesidad del imperio (etapa suprema del capitalismo) de imponer sus ideas.

Asi es como por ejemplo se inventó la doctrina de Israel como pueblo de Dios y por ende la defensa incondicional a todos sus crímenes.
Surge así una contradicción enorme entre el ideal histórico del cristianismo y la teología burguesa parida por el imperio.
Mientras Jesús proclamó "Bienaventurados los pobres", ellos predican la anestesia del evangelio de la prosperidad.
Mientras el Maestro dijo "bienaventurados los pacificadores", ellos consideran una paz escondida en las armas de destrucción masiva.


Esta profunda contradicción los lleva a abandonar los principios básicos para someterse a ideas totalmente opuestas a lo que predican cada domingo.
Las relaciones humanas ya no pueden estar basadas en el amor que enseñó nuestro Señor sino en el valor económico.

Las relaciones humanas en el capitalismo se dan por medio de objetos, de fetiches.
De allí surge la gran alienación actual, alienación a la que esta iglesia no opone su voz profética sino que muy por el contrario se torna cómplice. Hace tiempo ya que en el círculo teológico burgués el hombre dejó de ser "imagen de Dios" para pasar a ser la mercadería mas barata del mercado.-

Tomado de:
www.incatupac.blogspot.com

miércoles, 1 de julio de 2009

Analisis de Atilio Borón sobre el golpe de estado en Honduras


La historia se repite, y muy probablemente concluya de la misma manera. El golpe de estado en Honduras es una re-edición del que se perpetrara en Abril del 2002 en Venezuela y del que fuera abortado ante la fulminante reacción de varios gobiernos de la región en Bolivia el año pasado. Un presidente violentamente secuestrado en horas de la madrugada por militares encapuchados, siguiendo al pie de la letra lo indicado por el Manual de Operaciones de la CIA y la Escuela de las Américas para los escuadrones de la muerte; una carta de renuncia apócrifa que se dio a conocer con el propósito de engañar y desmovilizar a la población y que fue de inmediato retransmitida a todo el mundo por la CNN sin antes confirmar la veracidad de la noticia; la reacción del pueblo que conciente de la maniobra sale a la calle a detener los tanques y los vehículos del Ejército a mano limpia y a exigir el retorno de Zelaya a la presidencia; el corte de la energía eléctrica para impedir el funcionamiento de la radio y la televisión y sembrar la confusión y el desánimo. Como en Venezuela, ni bien encarcelaron a Hugo Chávez los golpistas instalaron un nuevo presidente: Pedro Francisco Carmona, a quien la inventiva popular lo rebautizó como “el efímero.” Quien desempeña su rol en Honduras es el presidente del Congreso unicameral de ese país, Roberto Micheletti, quien juró este domingo como mandatario provisional y sólo un milagro le impediría correr la misma suerte que su predecesor venezolano.


Lo ocurrido en Honduras pone de manifiesto la resistencia que provoca en las estructuras tradicionales de poder cualquier tentativa de profundizar la vida democrática. Bastó que el Presidente Zelaya decidiera llamar a una consulta popular -apoyada con la firma de más de 400.000 ciudadanos- sobre una futura convocatoria a una Asamblea Constitucional para que los distintos dispositivos institucionales del estado se movilizaran para impedirlo, desmintiendo de ese modo su supuesto carácter democrático: el Congreso ordenó la destitución del presidente y un fallo de la Corte Suprema convalidó el golpe de estado. Fue nada menos que este tribunal quien emitió la orden de secuestro y expulsión del país del Presidente Zelaya, prohijando como lo hizo a lo largo de toda la semana la conducta sediciosa de las Fuerzas Armadas.
Zelaya no ha renunciado ni ha solicitado asilo político en Costa Rica. Fue secuestrado y expatriado, y el pueblo ha salido a la calle a defender a su gobierno. Las declaraciones que logran salir de Honduras son clarísimas en ese sentido, especialmente la del líder mundial de Vía Campesina, Rafael Alegría. Los gobiernos de la región han repudiado al golpismo y en el mismo sentido se ha manifestado Barack Obama al decir que Zelaya "es el único presidente de Honduras que reconozco y quiero dejarlo muy claro". La OEA se expresó en los mismos términos y desde la Argentina la Presidenta Cristina Fernández declaró que "vamos a impulsar una reunión de Unasur, aunque Honduras no forma parte de ese organismo, y vamos a exigir a la OEA el respeto de la institucionalidad y la reposición de Zelaya, además garantías para su vida, su integridad física y la de su familia, porque eso es fundamental, porque es un acto de respeto a la democracia y a todos los ciudadanos.”

La brutalidad de todo el operativo lleva la marca indeleble de la CIA y la Escuela de las Américas: desde el secuestro del Presidente, enviado en pijama a Costa Rica, y el insólito secuestro y la golpiza propinada a tres embajadores de países amigos: Nicaragua, Cuba y Venezuela, que se habían acercado hasta la residencia de la Ministra de Relaciones Exteriores de Honduras, Patricia Rodas, para expresarle la solidaridad de sus países, pasando por el ostentoso despliegue de fuerza hecha por los militares en las principales ciudades del país con el claro propósito de aterrorizar a la población. A última hora de la tarde impusieron el toque de queda y existe una estricta censura de prensa, pese a lo cual no se conoce declaración alguna de la Sociedad Interamericana de Prensa (siempre tan atenta ante la situación de los medios en Venezuela, Bolivia y Ecuador) condenando este atentado contra la libertad de prensa.

No está demás recordar que las fuerzas armadas de Honduras fueron completamente restructuradas y “re-educadas” durante los años ochentas cuando el Embajador de EEUU en Honduras era nada menos que John Negroponte, cuya carrera “diplomática” lo llevó a cubrir destinos tan distintos como Vietnam, Honduras, México, Irak para, posteriormente, hacerse cargo del super-organismo de inteligencia llamado Consejo Nacional de Inteligencia de su país. Desde Tegucigalpa monitoreó personalmente las operaciones terroristas realizadas contra el gobierno Sandinista y promovió la creación del escuadrón de la muerte mejor conocido como el Batallón 316 que secuestró, torturó y asesinó a centenares de personas dentro de Honduras mientras en sus informes a Washington negaba que hubiera violaciones de los derechos humanos en ese país. En su momento el Senador estadounidense John Kerry demostró que el Departamento de Estado había pagado 800 mil dólares a cuatro compañías de aviones de carga pertenecientes a grandes narcos colombianos para que transportasen armas para los grupos que Negroponte organizaba y apoyaba en Honduras. Estos pilotos testificaron bajo juramento confirmando las declaraciones de Kerry. La propia prensa estadounidense informó que Negroponte estuvo ligado al tráfico de armas y de drogas entre 1981 a 1985 con el objeto de armar a los escuadrones de la muerte, pero nada interrumpió su carrera. Esas fuerzas armadas son las que hoy depusieron a Zelaya. Pero la correlación de fuerzas en el plano interno e internacional es tan desfavorable que la derrota de los golpistas es sólo cuestión de (muy poco) tiempo.

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